(más concretamente no osaría).
Llamar a la realidad por su nombre
no es tarea fácil, como los necios creyeron.
Y terminar rimando los versos,
para que tú te acabes colando por cualquier resquicio.
No es que no lo intente,
el tesón está y las ganas me sobran.
Es que otros poetas ya pusieron mis palabras en sus plumas.
Si el amor, como todo, es cuestión de palabras,
acercarme a tu cuerpo fue crear un idioma.