lunes, 18 de abril de 2011

Cuento para cuando mientras duermas

Había una vez una niña que no quería dormir. Sus rizos daban vueltas en la cama y su sonrisa de ratón parecía no consumirse con el paso de las horas. No podía, no quería.

Dulce niña traviesa, ¿no sabes que cuando duermes el mundo se para? ¿Cómo quieres que los campos, los parques, hasta los árboles descansen?

Cada vez que un niño no quiere ir a la cama y pasa la noche despierto al cielo le supone un problema. Por las noches, la luna sale con su batín blanco de luz para que el sol pueda ir a dormir. Las estrellas le ayudan en su trabajo, porque necesitan vigilar los sueños de todos los niños que duermen.

Pero cuando alguien, como tú pequeña, no quiere ir a la cama, una estrella se pierde, se desorienta y se marcha con el sol, le molesta y no le deja dormir con sus destellos. Y a la mañana siguiente, el sol somnoliento se enfada y protesta, pues no quiere ir a trabajar. Por eso, pequeña traviesa, las nubes se enfadan y protestan. No quieren hacer el trabajo del sol y empapan a todos los que hemos descansado. Pero….

Entre tus dientes se escapa el aire tranquilo, libre, de tus sueños. No te preocupes dulce niña, también esta noche vendrá tu estrella a cuidar de tus rizos alborotados.


2 comentarios:

  1. Me encanta. Con este cuento, los niños y niñas, entre las que aun me incluyo yo, nos iremos a dormir más tranquilas.
    Menuda maestra, más genial :)

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  2. Wauuu, tia me encanta.
    Deberías contarlo a tus niños, cuando vuelvas de practicas :)!

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